domingo, 30 de mayo de 2010

The Phantom Tollbooth

viernes, 7 de mayo de 2010

Qué pasó y pasa con...

Cyndi Lauper y la dupla Corey














A un mes del lanzamiento de la producción número 12 de Cyndi Lauper, "Memphis Blues", revisamos parte de su extensa y prolífica carrera artística, junto a la de otros ídolos adolescentes que no corrieron la misma suerte.


Hace varios años escuché en esos intermedios musicales del canal Sony, una banda bautizada como The Thrills. Nada en ella me llamó la atención, hasta que escuché el coro y título de la canción: “Whatever happened to Corey Haim" (Qué pasó con Corey Haim). Esta frase fue razón suficiente para ver el video repetidamente hasta que se hiciera insoportable. Cualquier comentario del que fuera mi tercer ídolo en la vida, después de Michael Jackson y Emmanuel, valía el esfuerzo. Habían pasado tantos años desde la última vez que escuchara su nombre en algún medio, que llegué a creer que todos habían olvidado al canadiense de “Sin licencia para conducir” (License to drive), “Generación perdida” (Lost Boys) o “Sueña un pequeño sueño” (Dream a little dream). Yo aun conservo sus fotografías tamaño billetera de la Tv Grama. Y autografiadas. También las de su tocayo y aliado Corey Feldman.



De ambos se supieron algunas historias relacionadas con drogas, alcohol y mujeres voluptuosas a mediados de los noventas, de ahí en adelante ninguno volvió a tener la misma suerte. Basta ver como terminó en marzo de este año la vida de Corey Haim, con solo 38 años de edad y afectado por una supuesta pulmonía (aun cuando se encontraron 8 medicamentos diferentes en su sangre).



Su amigo Corey Feldman, con quien protagonizó en el 2007 el reality “The Two Corey´s”- donde ambos anunciaran que de niños habían sido víctimas de abuso sexual- no ha logrado reivindicar su imagen y actualmente participa de eventos de caridad y de firma de autógrafos. Muy diferente era su vida a finales de los ochentas, cuando se paseaba por la alfombra roja junto a Michael Jackson, a quien defendiera en 1993 durante su juicio por pederastia y a cuyo funeral, asistiera vestido en su honor. Hecho que produjo molestia, ya que Feldman, una vez que terminara su amistad con Jackson en el 2001, anunció públicamente que el cantante le mostraba pornografía cuando niño (también aclaró que no tendría nada que ver con los abusos sexuales confesos por televisión).






“Cuenta conmigo” (Stand by me), “Los Gremlins” y “The Goonies”, fueron algunas de las películas que Feldman interpretó sin la compañía de Haim. Fue en esta última que conoció a Cyndi Lauper, quien interpretara "The Goonies 'R' good enough”, tema central de la producción y que en 1985, le valiera una nominación al Grammy por mejor interpretación pop femenina. Así como los jóvenes actores, Cynthia Ann Stephanie Lauper estaba en uno de sus mejores momentos. Hace solo dos años había lanzado su disco debut bajo el alero de Portrait Records, luego de hacerse camino en bandas como Doc West, Flyer y Blue Angel.




“She´s so Unusual” (1983), con “Girls just want to have fun”, “All through the night”, “Time after time” y “She Bop”, fue sin duda un
increíble primer disco, con cuatro canciones incluidas en el TOP 5 de la Billboard. Su carátula fue creada, así como todas las que le siguieron, por la misma Lauper. Lo mismo ocurrió con la dirección de sus videoclips, veta que hasta hoy explota en el área de la publicidad televisiva. Pero eso no ha sido todo. La cantante trabajó varias veces en cine y televisión, y sus apariciones en la serie “Mad about you”, le valieron dos nominaciones a un Emmy, el cual ganó en 1997
.



Lauper estuvo durante el mes de junio de 2007 de gira por Estados Unidos bajo el lema “True Colors Gay Rights Tour”, empresa compartida con Deborah Harry, Erasure, The Gossip, The Dresden Dolls y The Misshapes. Los derechos humanos, la tolerancia e integración de los distintos sectores sexuales de la sociedad, fue el punto de partida de las presentaciones, que se han instaurado como una celebración anual. La idea fue concebida por Lauper como una retribución al apoyo que durante toda su carrera, ha recibido por parte de la comunidad homosexual. Luego de la visita a 15 localidades en el 2007 y de 24 al año siguiente dentro de los Estados Unidos de la mano de The B52s, Joan Jett & The Blackhearts y Rosie O'Donnell, su equipo se encuentra hoy preparando la próxima versión del encuentro musical.

Para junio está programado el inicio de la gira de verano de Cyndi Lauper por Estados Unidos, con un espectáculo que revisará parte de sus clásicos y su nueva producción “Memphis Blues”, cuyo lanzamiento se espera para el 22 de ese mes. Parte de su show pudo ser apreciado por 5.000 personas el martes 25 de noviembre del 2008 en el Teatro Caupolicán para su gira “Bring ya to the Brink”, con excelentes críticas. Así se concretó, luego de varios rumores en el 2007, su tercera visita a Chile luego de su gira de 1994, “Twelve Deadly Cyns”. Ambos espectáculos quedan sin embargo bajo la sombra de su presentación en 1989 de su gira “A night to remember”, donde se congregaron 60 mil espectadores en el Estadio Nacional.

Acá un lindo video de Time after time.

Cristián Leighton


“La gente tiene avidez de cultura, pero no sabe cómo conseguirla”





“Al Sur del Mundo”, “Los Patiperros”, “Inmigrantes”, “Apasionados”, “En tu lugar”, “Viejo Zorro”, “Santiago no es Chile” y “Voy y vuelvo”; son algunas de las creaciones transmitidas por televisión abierta del documentalista Cristián Leighton, ganador del premio al Mejor Director de Programas para la Televisión en los Altazor 2010.


Entrevista realizada en el 2006 por Viviana Cornejo y Fernanda González.
Nota y actualización por Fernanda González.


A Cristián Leighton, le gusta la televisión. Cree que es el espacio indicado para exhibir el género documental y que es una herramienta fundamental para educar a la población. Es por esto que tampoco tiene problemas en destriparla cada vez que puede, alegando por su pobre parrilla y por la falta de credibilidad que los productores dan a su público y a los mismos realizadores.
Pero no todo partió en los estudios. Cristián Leighton tiene una nutrida historia en el mundo de la creación audiovisual independiente. “Nema problema”, basado en la realidad de los exiliados de la ex Yugolsavia que aterrizaron en Chile en 1999, fue galardonado en el 2001 con el Premio al Mejor Documental en el Festival Internacional de Documentales de Santiago y al Mejor Documental Extranjero en el Festival de Cine Independiente de Nueva York. Con “El Corredor”, fue reconocido con el “Gran Premio al Mejor Documental” en FIDOCS 2004 y el premio “Santiaguillo” al Mejor Documental en el Festival de Cine de Valparaíso 2005.
Leighton, de quien se puede ver hoy por las pantallas de Canal 13 su producción “Voy Vuelvo”, tiene a su haber tres Premios Altazor como mejor Director de Programas o Producciones para Televisión, con “Inmigrantes” (2003), “Apasionados” (2005) y “Santiago no es Chile” (2010). Aquí conversamos con el realizador, que desde hace 10 años trabaja junto a su equipo en la productora Surreal Films.


¿Cómo fue tu paso por la universidad?

Mi primer paso como estudiante fue en la Universidad Católica, donde entré a estudiar filosofía. Estuve un tiempo ahí, pero la verdad la experiencia no me gustó para nada. Era una época muy conflictiva, y se hacía extraño ir a estudiar a un lugar donde los alumnos desaparecían por las torturas. Por suerte apareció una escuela de comunicación donde estaban Fernando Paulsen y Augusto Góngora. Ahí nació un instituto de comunicación y me cambié para allá. Era lo más parecido al cine que existía en el país. Aún cuando el enfoque era bastante teórico, principalmente leer y ver películas, terminé la carrera. Faltaban equipos, acceso a cámaras, pero había muy buenos profesores, así que me dediqué esos cuatro años a ver películas y a estudiar lingüística.

Pero ustedes igual tenían la posibilidad de filmar, de crear....

Sí, había dos tipos de trabajos: los más “experimentales”, que eran catalogados casi como de video arte y la otra gente que se dedicaba a salir a la calle y grabar lo que estaba ocurriendo. Yo me dediqué a la experimentación.

¿Tú te involucraste alguna vez en temas políticos?

No, no hice nada político, de hecho yo pertenecía a un movimiento más “anárquico”. Me parecía que el discurso audiovisual no debía ser solamente mostrar lo que pasaba en la calle, sino que también había que elaborar un discurso más innovador, más subversivo, pero a partir del lenguaje. Era muy interesante porque había una pugna entre los que querían mostrar la realidad y quienes les importaba el cómo se mostraba.

Qué temas tocabas en ese entonces, ¿algo similar a tu trabajo actual?

No, hacía historias de ficción bien pretenciosas, pero eran divertidas, tenían humor.

En varias entrevistas hablas de un cierto rechazo hacia el género de ficción.

Sí, yo quería hacer cine de ficción, era lo que me interesaba, pero una vez que terminé la carrera y salí al mundo real me topé con el dilema de crear, de imaginar una historia. Me pareció muy difícil y quedé entrampado. Entonces empecé a trabajar en publicidad para vivir, además de productor, al mismo tiempo que intentaba escribir guiones.
Entré a trabajar en “Al Sur del Mundo” de Francisco Gedda, y lo encontré súper bueno, lo que me impresionó porque hasta el momento no me gustaban los documentales. No tenía la costumbre de verlos, ni el bagaje en cuanto al género documental y fue con “Al sur del Mundo” que empecé a interesarme en el género. Este programa era diferente a lo que yo había visto en la televisión, donde se mostraban principalmente documentales dedicados a la vida salvaje, lo que encontraba aburridísimo. Toda mi vida había visto en el cine películas de ficción y eso era lo que yo quería hacer. Pero ahí conocí otro tipo de temáticas en torno al género documental, al tiempo que me enteré de la historia del tren en el norte (“El tren del Desierto”), la que me interesó mucho para hacer un documental o una ficción. No sabía lo que iba a hacer con ella, pero iba a tomarla. Entonces salí al norte con Francisco Reyes, preparados para hacer ficción, con vestuario especial y todo, pero a la vez haciendo un documental sobre al gente que vivía ahí. Hubo mucha gente que quedó con la duda después de ver la cinta, no sabían hasta qué punto había sido cierto lo que habían visto. Y a mi me parecía interesante ese juego. Los límites y las fronteras son muy difusas. Luego de esa experiencia me pregunté cómo me había sentido más cómodo y me quedé con los documentales. Y ahí empezó el tema de la televisión.



Tú dices que hacer ficción es más difícil que el género documental, pero qué pasa con la dificultad de hacerse parte de una realidad, que sus personajes te abran las puertas y mostrar su mundo fehacientemente.

Sí, es verdad eso. A mi me parece que hacer un muy buen documental es muy difícil. Sin embargo, admiro a la gente que hace ficción porque encuentro que trabajar con actores es un tema, además de trabajar con un gran equipo de personas. En cambio en el documental trabajas con poca gente, en un ambiente mucho más tranquilo y silencioso.
El documental para mi no tiene ninguna diferencia desde el punto “narrativo” con la ficción. La única diferencia entre el documental y la ficción, es que en la última tú trabajas con actores y en el documental no.

¿Cómo entraste de lleno a la televisión?

Antes de trabajar en “Al sur del Mundo” como productor, trabajé en el área dramática de Canal 13 en la teleserie “Semidiós”, donde fui asistente de dirección. Acá también descubrí que la ficción no me gustaba mucho, encontraba todo demasiado falso, una verdadera maqueta. Es muy rara la teleserie chilena.
Bueno, después de mi paso por el área dramática entré a trabajar en la producción independiente y me empecé a meter más en el tema de producción de reportajes y documentales.
Mis pasos fueron primero en la publicidad, después en la ficción en la televisión y finalmente en la producción independiente, basada en la realidad. Pasaron como cuatro años para que me diera cuenta que me interesaba realmente el documental, además de la posibilidad de dirigir.

¿Cómo nació la idea de “Los Patiperros”?

Desde 1990 TVN tenía la idea de hacer un programa sobre chilenos en el extranjero. Pero habían pasado cinco años y no se había concretado nada al respecto. Se acercaron a la productora y nos dijeron que hiciéramos una propuesta concreta. Y ahí planteamos la idea de hacerlo con chilenos desconocidos, anónimos, porque en un principio el canal quería hacerlo con personajes destacados.
Además de este detalle, yo quería que el formato fuera diferente a todo lo que se había visto en Chile hasta el momento, quería hacerlo como se estaba haciendo en el extranjero. Afortunadamente yo había ido ya a un par de festivales y había visto hartas cosas, mi punto de referencia se había ampliado enormemente. Entonces tenía muy claro y tenía mucha seguridad de lo que iba a hacer.
El primer viaje que hicimos fue a Nueva York, hicimos cinco historias y yo abordé cada una de manera distinta. Con un lenguaje diferente. Eso me daba la seguridad de que el proyecto sobreviviera, porque si me la jugaba por un estilo demasiado marcado, podía fracasar.
Y lo que logramos causó como un shock respecto a la visualidad. Incorporamos la narración al documental, cosa que ni siquiera yo acostumbraba a hacer porque trabajar la realidad a partir del material mismo, que sea el material el que te construya el relato, es mucho más difícil y más lento.
Cuando instalamos una cámara arriba de un taxi sobre la Quinta Avenida, logramos cambiar todo el relato, y todo lo que la gente en Chile conocía como reportaje televisivo. En realidad fue una pequeña revolución. Pero era porque no se había visto, nosotros no estábamos inventando absolutamente nada, simplemente yo lo había visto afuera.



¿Cuánto manejo existía de las situaciones, cuánto se guiaba a los personajes en cuestión?

La técnica que a mi me gusta es la mixta. Hay directores que recrean todo, yo en cambio soy partidario de dejar que las situaciones surjan de los protagonistas, pero a la vez de intervenir cuando no pasa nada.

En este programa se tocaron historias de exiliados. ¿Cómo reaccionó el canal con estos temas?


En el caso del canal había una aprehensión, como la había con varios temas. Uno era el tema del exilio, otro de los valores, sobre todo con el tema de la homosexualidad. Existía el problema de cómo tratar a los homosexuales en el programa. No es como ahora que se enfiesta todo, en esa época un homosexual en la televisión chocaba.
Me acuerdo que hicimos un capítulo en San Francisco. El primer personaje era exiliado, el segundo también y además era gay. El tercero era una niña hija de chilena casada con un negro norteamericano, ella era negra, feminista y homosexual. Y me acuerdo que cuando presenté el capítulo quedó la escoba. Se produjo un problema más o menos serio.

¿Pero las historias fueron presentadas en su totalidad?

Sí, porque dije que si las cambiaban, me retiraba. El programa se transmitió completo. En ese momento fue todo un tema, si hoy lo muestras no pasaría nada.

¿Fue a partir de “Los Patiperros” que comenzó a interesarte el tema de los extranjeros, del desarraigo, del movimiento?


En los años ochenta yo quería estudiar cine, y para eso la única alternativa era irse al extranjero. Me quería ir de Chile pero no tenía plata para hacerlo. Siempre estaba diciendo que me iba a ir, siempre me estuve yendo y al final nunca pasó. Mi visión era de alguien que no había salido nunca, totalmente provinciana, ingenua, pero a la vez si hubiera vivido afuera quizás mis preguntas habrían sido diferentes.
Entonces el tema del viaje para mi era importante, me interesaba muchísimo saber cómo vivían y pensaban en otros lugares. Me llamaba la atención el hecho de estar en otro lugar, donde todo parece distinto, hasta la luz… es como estar en una película, porque uno siente que la única realidad es ésta, la más cercana.
Me atraía el tema del viaje y el movimiento y todas las cosas que he hecho están de alguna manera ligadas a eso. “El tren del Desierto” es un tren que viaja, “Nema Problema” es la historia de ex yugoslavos que se vienen para acá. Siempre está el tema del cambio de lugar, de hibridación cultural.
Ahora estoy con una serie de adolescentes llamada “En tu lugar”, o sea nuevamente, viajes. Yo hice un documental con esto, de ahí nació la idea de la serie.

¿Qué pasa con el tema indígena reflejado en trabajos como “Orígenes” y “Pachayky” (En tu Lugar)? ¿De dónde viene este interés?

No sé si me interesa tanto el tema indígena, como el tema de viajes. Conozco poco, nunca me ha interesado mucho como trabajo documental. No es que no me lo encuentre fascinante, sino que no he ha estado dentro de mis primeros intereses. En todos los capítulos que hicimos para esta serie para Canal 13 aparece la temática indígena de alguna u otra manera.

Cómo es tu relación con el mundo televisivo

Yo trabajo con gente independiente acá en la productora (Surreal) y eso igual es potente. Igual a mí me parece que el contexto actual de la televisión es bien terrible, encuentro que la situación es crítica. Creo que hay un concepto de la televisión que se va a apagar súper caro. No hay ningún contrapeso a lo que está ocurriendo, no hay diversidad…y es un problema enorme considerando que Chile es un país donde la gente consume tres horas de televisión. Si sumamos a esto el bajo capital cultural y educacional de la población, vemos que la televisión está cumpliendo un rol devastador. No puede ser que los niños lleguen a las cuatro de la tarde y vean lo que están viendo, es un desperdicio...
Aun cuando no se le puede exigir a la televisión que entregue a los niños lo que supuestamente tienen que entregar los colegios, hay que tener en cuenta que eso tampoco está pasando. Al final nadie está entregando esa información, es dramático.

¿Es eso lo que quieres cambiar?

Mi misión es tratar de entregar calidad. Cuando hay un desequilibrio tan grande en la educación, la televisión abierta podría cumplir un rol importantísimo. No olvidemos que la televisión abierta es gratuita, democrática, en cambio la televisión por cable es pagada y por lo tanto discrimina. La televisión abierta llega a todos los chilenos, entonces hay una responsabilidad social y pública. No puede ser que un canal público le pague diez millones de pesos a la Geisha para llevarla a un programa, cuando esa mujer estafó a un montón de ciudadanos japoneses. Se han perdido los parámetros, no hay acuerdos básicos sobre el tema de la televisión. Mientras yo pueda hacerlo lo voy a hacer.
Se dice y se repite que a la gente le gusta ver estas cosas, pero no es así, es solo que no existen más alternativas. La gente tiene avidez de cultura, pero no sabe cómo conseguirla. Entonces tú tienes que mostrar esos caminos, esas claves, al tener más educación se convierte en tu trabajo. Tampoco se trata de hacer televisión para la elite, para gente más culta. Un ejemplo de esto es lo que pasó con “Al sur del mundo”, cuando lo sacaron del aire tenía más de 25 puntos de rating en el estrato más popular....o sea la gente más humilde veía el programa para aprender. Y ahí lo sacaron.

Entonces crees tu responsabilidad mejorar la televisión

Pero por supuesto. En la medida que uno está ahí, hay que tratar de poner un contra fuerte. No puede ser que todo sea Kike Morandé y que se intente convencer que de eso se trata la televisión.

¿Crees que la gente involucrada en el ámbito audiovisual está preocupada por esta situación? ¿Has visto un cambio temático durante los últimos cuatro años?

Sí. Yo estoy metido en la Plataforma Audiovisualy uno de nuestros temas es ver la calidad de lo que estamos haciendo. No solamente en la televisión, sino que también en el cine. El tema de la producción cultural es muy importante, es nuestro espejo. Y yo veo la preocupación de la gente audiovisual de hacer cosas mejores.

En cuanto al reconocimiento mundial que has tenido con tu trabajo, especialmente con “Nema Problema”, qué crees que se valora más de tus producciones.

Me lo he preguntado, pero es difícil saber con claridad. En el Bafici (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) donde hubo una retrospectiva de mi trabajo, sentí que lo que más destacaban era el concepto de tratar de hacer cine en la televisión. Como dice un crítico (Sergio Wolf), domesticar territorios que son irreconciliables. A él le llamaba la atención mi obsesión por tratar de hacer algo cinematográfico en la televisión.
Yo me doy cuenta de que es así. Yo me relaciono con gente del cine y de la televisión. Puedo conversar, no hago una línea divisoria tan tajante. Aun cuando en verdad son mundos distintos, creo que es audiovisual finalmente. No creo que algo tenga que ser exclusivamente de un ámbito o del otro. Yo creo que eso les llamó la atención, además del hecho de que esos trabajos hayan sido transmitidos por televisión.

Supimos que estabas involucrado en un proyecto con Benjamín Galemiri sobre historias en el metro, además de un asunto relacionado con los adultos mayores, qué nos puedes contar de esto.

Sí, me metí ahora a hacer un proyecto con adultos mayores. Hicimos un piloto trabajando ese tema. Me parece un tema interesante. (De este piloto nacería “Viejo Zorro”)